Hoy hemos viajado hasta Santa Eulalia de Oscos, en la aldea de Ferreirela de Baxo, nacía Antonio Raimundo Ibáñez Gascón. El Marqués de Sargadelos.

Muy cerca de su casa natal, aún se levanta un roble centenario donde se dice que pasaba largas horas leyendo. Quizás allí empezaron a forjarse el talento y la tenacidad de un hombre que, pese a morir asesinado antes de ver realizados todos sus brillantes proyectos, hizo historia.

Deja los Oscos y se va a 90 km, a la costa gallega, donde comienza su periplo empresarial en la localidad lucense de Sargadelos.

Su fortuna comienza con el comercio por mar, luego, con la producción de municiones, y con el hierro y los altos hornos. Pero paradójicamente, hoy podemos disfrutar de su legado de una forma más familiar a través de su cerámica presente en multitud de objetos.

Antonio Raimundo Ibáñez, un ilustrado, un hombre de acción, un marqués que con título o sin el ya era noble por derecho propio.