VALÈNCIA. El Valencia que ganó la Copa, la Recopa y la Supercopa de Europa fue un equipo decepcionante en sus comienzos, hasta que una noche mágica todo cambió y emprendió una aventura que lo hizo entrar en la historia.

VALÈNCIA.  El público de Mestalla es de primeras impresiones, de dejarse seducir por los futbolistas que deslumbran en sus primeros partidos aunque luego no rindan como se esperaba. Pero hay un caso singular, el gran ejemplo de cómo Mestalla cambió su primer veredicto sobre un jugador.

VALÈNCIA. Hoy nos internamos en la parte menos conocida del estadio del Valencia, esas zonas de paso, de corte industrial y de nulo atractivo, por las que transitamos sin reparar en ellas para acceder a nuestras localidades.

VALÈNCIA. En la última década del siglo pasado, los clubes de fútbol crearon las mascotas, personajes absurdos que intentan animar al público en los descansos de los partidos y que pretenden representar los valores más representativos de cada entidad o de la ciudad que los acoge.

VALÈNCIA. La megafonía del campo de Mestalla ha acompañado a varias generaciones de valencianistas durante los partidos en el estadio, primero proporcionando información o emitiendo mensajes legendarios, y más tarde como banda sonora de los éxitos del equipo

VALÈNCIA. Un repaso a los personajes más friquis que han albergadolas gradas del coliseo valencianista a lo largo de la historia, desdeuna vieja gritona a la que todos llamaban La Loca hasta Manolo el delBombo.

VALÈNCIA. Durante 20 años, entre 1994 y 2014, la música valenciana sonó en Mestalla gracias a cientos de bandas de música que amenizaron los prolegómenos y los descansos de los partidos, dirigidas por un señor con un puro.

VALÈNCIA. Desde hace muchos años, los descansos de los partidos de Mestalla están llenos de concursos absurdos y exhibiciones inesperadas en un estadio de fútbol. Hoy repasamos los shows más friquis de los descansos.

VALÈNCIA. En la semana de Pascua de 1965, el Mestalla se enfrentó al Real Madrid en una eliminatoria copera inolvidable, por el resultado final de aquel encuentro de liga y por la reacción del público valencianista ante una victoria inesperada.

VALÈNCIA. El mayor milagro de la historia de Mestalla se produjo el 1 de mayo de 1983, el día en el que el Valencia se salvó in extremis de un descenso que parecía seguro y privó al Real Madrid de conquistar la liga.