Resulta que en el mundo en el que vivimos hoy fracasar es exitoso. Una paradoja que, a mi criterio, no se sostiene.

Vos, yo, todos tenemos expectativas sobre nuestro futuro.

Perseguimos objetivos como si la felicidad dependiera de su cumplimiento. Ahí está la trampa; cuando nos damos cuenta de que la expectativa nada tiene que ver con el resultado final.

El 2020 fue el año más atípico de mi vida y probablamente también de la tuya. Un Virus nos prohibió dos de las cosas más lindas del mundo: Viajar y Abrazar.

En varios meses en casa, atravesando una montaña rusa de emociones, aprendí grandes lecciones y las quiero compartir con vos. 

"No hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión" 

Sin embargo, a veces los análisis apresurados que construimos sobre la base de las primeras impresiones pueden ser engañosos. Y para llegar a conclusiones más precisas, necesitamos un poco de tiempo. 

Los primeros momentos de mi viaje, a nivel emocional, fueron confusos pero... no determinantes. 

El legado emocional del pasado nos condiciona. Y esta es mi historia, este soy yo. 

Saber de dónde vengo es vital para entender en dónde estoy en este momento y, además, ayuda a resolver ese gran interrogante:

¿Cómo hice para tomar la decisión más difícil?

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