Ramiro, un hombre que no aguantó más humillaciones en su nuevo barrio, tuvo que comprar una escopeta para hacerse respetar. Se burlaban en su cara, pero no sabía quíen lo hacía, así que tomó cartas en el asunto y su reacción dejó como desenlace lo inimaginable, algo que sorprendió incluso a los policias que llegaron al lugar de los hechos.