El Elevador del Placer ProhibidoLas puertas del ascensor se cerraron y, de inmediato, la tensión explotó entre ellos. Sus miradas ardían, sus respiraciones entrecortadas llenaban el reducido espacio. Era imposible resistirse.Un roce accidental encendió la chispa. Sus cuerpos se encontraron contra la fría pared del elevador, atrapados en un juego de deseo incontrolable. Las luces parpadearon, el tiempo se detuvo y el mundo exterior dejó de existir.Los gemidos quedaron atrapados entre susurros, sus manos exploraban sin pudor, y cada movimiento hacía que el ascensor se convirtiera en el escenario de una pasión imposible de frenar.Cuando las puertas se abrieron de nuevo, solo quedaba el eco de un placer prohibido… y la certeza de que no sería la última vez.