Juan 7:
37 Pero en el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso de pie y alzó la voz diciendo: —Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su interior.
39 Esto dijo acerca del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues todavía no había sido dado el Espíritu porque Jesús aún no había sido glorificado.
El escepticismo alrededor de Jesús crecía y también los debates entre los que creían a Jesús y sus palabras, pues se admiraban de sus obras milagrosas y de la sabiduría con la que hablaba, pero también habían personas que menospreciaban al Señor porque no era un graduado de la escuela de los eruditos ni era parte del club de los doctores de la ley. A pesar de esto, el Señor seguía ofreciéndole a todos el mensaje de salvación y vida eterna. Pero observemos que el Señor no estaba allí para obligar a nadie, pues Él bien dijo: "Si alguno tiene sed, venga a mí". Primero, hay que reconocer que hay una necesidad, y después hay que tomar una acción para que esa necesidad sea satisfecha.
A veces pensamos que Dios va hacer el milagro solamente con desearlo y decimos: "ojalá Dios lo haga"," ojalá Dios me escuche"; pero si miramos ejemplos en la Biblia, las personas tomaron acción y se acercaron al Señor, no simplemente lo desearon en su mente.
Los ciegos y leprosos gritaban a Jesús cuando Él pasaba cerca de ellos para que Él se acercara y ellos le decían: “Si quieres, puedes sanarnos, limpiarnos”.
El centurión que tenía su siervo enfermo le dijo: "Señor, di la palabra y mi siervo sanará", pero antes él primero fue a hablar con Jesús directamente.
La mujer que tenía su hija endemoniada en la casa, fue donde Jesús fue a hospedarse por la noche. Ella llamó a Jesús tan fuerte que los discípulos la estaban callando y ella no se detuvo hasta que Jesús salió a atenderla. Cuando Jesús salió y le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos”, porque todavía no era el tiempo de ella por ser cananea y no judía; pero ella, movida en fe, dijo: “Sí, Señor, también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Jesús, admirado por su fe tan firme y por la acción que ella tomó, le concedió la petición.
Dios es real y cualquiera puede tocar el corazón de Dios pero esa persona tiene que moverse en fe, tomar decisiones drásticas, hacer cambios drásticos y Dios se levantará de su trono y concederá nuestras peticiones cuando nos movamos y tomemos acción.
La Biblia habla de estar constantes en oración, también habla del poder del ayuno y dedicar un tiempo solamente para el Señor, dejando las demás obligaciones para enfocarse sólo en Él.
Toma el paso de la fe, no te quedes allí sentado simplemente anhelando o deseando que Dios haga algo, no demostrándole a Dios que realmente queremos que Él tome control de nuestra circunstancia y haga el milagro.
¿Cuáles son las consecuencias de beber del agua de vida? El agua representa el Espíritu Santo que transforma, cambia de manera milagrosa la mente, sana nuestro corazón de heridas del pasado y borra nuestros pecados, dándonos una oportunidad de comenzar de nuevo.
Así es como se cumple esta Escritura: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
Consideremos:
¿Has experimentado la llenura del Espíritu Santo?
¿Ya calmaste tu alma sedienta con el agua de vida eterna?
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez, no olvides leer el capítulo completo y compartir este audio con alguien que tú aprecias.