Share Holy Heaven
Share to email
Share to Facebook
Share to X
By Daniella Elisa Muñoz Tena
The podcast currently has 177 episodes available.
Aqui se va hablar de como podemos ser luz para los demas
Isaias 31:4 NTV 4 Pero el Señor me ha dicho: «Cuando un león joven y fuerte ruge sobre la oveja que ha matado, no lo asustan los gritos ni los ruidos de toda una multitud de pastores. De la misma manera, el Señor de los Ejércitos Celestiales descenderá para pelear en el monte Sion.
Un grupo de leones se lo denomina manada. A un conjunto de jirafas se lo llama torre. Los gorilas se reúnen en tropas, mientras que los osos se juntan en piaras. A un grupo de ovejas se lo denomina rebaño. Entonces, ¿cómo se llama a un grupo de cristianos? ¡Iglesia!
Los animales se mantienen unidos en grupos por muchas razones. Comparten su comida, se protegen y cuidan mutuamente, o simplemente disfrutan de estar juntos. Esas son exactamente las mismas razones por las que Dios creó a la Iglesia. Los cristianos debemos compartir lo que tenemos, protegernos y cuidarnos los unos a los otros, y simplemente disfrutar de estar juntos. Pero, como cristianos, tenemos aún más razones para permanecer unidos. También podemos cantar, orar y adorar juntos a Dios. Podemos reírnos, servirnos y animarnos unos a los otros. Podemos ayudarnos los unos a otros cuando caigamos. Y podemos ayudarnos a ser valientes cuando la situación se pone difícil o aterradora.
El hecho es que somos más fuertes juntos, lo que hace que sea más difícil para el diablo hacernos tropezar. Es por eso que la Iglesia es tan importante y el motivo por el cual Dios no quiere que dejemos de reunirnos (Hebreos 10:25). Porque Él sabe que la vida es mejor cuando estamos juntos y nuestra fe crece.
Oración:
Señor, gracias por el regalo de la iglesia y por todos mis amigos y familiares que se encuentran allí. Amén.
VALOR PARA PERDONAR
Cuando te han herido está bien sentir enojo por un rato. No tienes que fingir que todo está bien. Pero ten mucho cuidado con tus palabras y acciones cuando estás sufriendo. Es preferible no decir ni hacer algo que empeore aún más las cosas.
Ah, y hay una cosa más: debes perdonar a la persona que te lastimó. Perdonar a alguien no significa que lo que hizo estuvo bien. Tampoco que todo volverá a ser como antes. Tal vez sí, o tal vez no. Es posible que la relación de amistad cambie. Incluso puede que termine. (Un padre o un adulto de confianza pueden ayudarte a resolverlo).
El perdón puede producirse de inmediato o puede tomar un poco de tiempo y necesitar oración. Si el dolor ha sido profundo, puede tomar mucho tiempo y necesitar de muchas oraciones. Eso también está bien. Otorgar el perdón a alguien no siempre es fácil. De hecho, ¡rara vez lo es! Y por lo general se necesita algo de valor. A veces es más fácil simplemente mantenerse enojado y guardar rencor, especialmente si la persona se niega a decir que lo siente o si dice que no hizo nada malo. ¿Qué debes hacer entonces? Perdónalo de todos modos. Porque perdonar se trata más de quitar la ira de tu propio corazón que el mal que hizo el otro.
Oración:
Señor, es fácil permanecer enojado. En lugar de eso, ayúdame a afrontar el arduo trabajo de perdonar.
CUANDO SOPLAN LOS VIENTOS
Era la mitad de la noche y los discípulos estaban en su barca en el lago. El viento soplaba tan fuerte que, a pesar de que remaban con todas sus fuerzas, no podían llegar al otro lado. De repente, vieron una figura caminando hacia ellos en el agua. ¡Estaban aterrorizados! Entonces una voz familiar los llamó y les dijo: «No tengan miedo» (Marcos 6:50). ¡Era Jesús!
En el instante en que Jesús entró en la barca el viento dejó de rugir. Sí, aún estaban en ella en medio del agua, y debían remar hasta la orilla. Pero de repente todo se volvió mucho más tranquilo. ¿Por qué? Porque Jesús estaba con ellos. Y Él también está contigo. Cuando crees en Jesús y lo sigues, Él nunca se alejará de tu lado. Y eso es una noticia increíblemente buena para ti. Porque las preocupaciones y los problemas soplarán en tu vida, tal como sucedió esa noche con los discípulos.
Algunas veces Jesús detendrá instantáneamente cualquier tormenta o arreglará cualquier problema que se haya presentado en tu vida. Él tiene el poder para hacerlo, como cuando detuvo instantáneamente el viento. Otras veces no arreglará todo en un instante. Pero se quedará allí contigo, ayudándote y guiándote de manera segura para que puedas cruzar hacia el otro lado. Él puede calmar la tormenta de sus hijos, pero también puede calmar a sus hijos en la tormenta. Y, así como les sucedió a los discípulos, habrá mucha más paz en tu vida.
Oración:
Señor, gracias por no irte nunca de mi lado, incluso en medio de las tormentas. Amén.
LO QUE DIOS VE
¿Qué ves cuando miras a los demás? ¿El color de sus ojos o de sus cabellos, lo altos que son o la ropa que usan? Eso no es lo que Dios ve.
Una vez Dios envió al profeta Samuel a la familia de Isaí para que eligiera un nuevo rey para Israel. Cuando Samuel vio por primera vez al hijo mayor, Eliab, pensó: «¡Sí! ¡Este es el indicado!». Eliab era alto y fuerte, todo lo que un rey debería ser, o eso pensaba Samuel. Pero Dios tenía otros planes y eligió a David, el más joven de los hijos de Isaí. En aquel entonces, el niño más pequeño nunca era elegido, excepto tal vez para molestarlo. Pero Dios no miraba lo que la gente veía. Él vio el corazón de David. Vio a un muchacho que siempre lo amaría, y quería que todo Israel lo siguiera.
Es posible que te sientas presionado a seguir a los niños «súper geniales». Ya sabes quienes son. Tienen la mejor ropa y los teléfonos más nuevos. Pero, ¿qué te dicen sus hechos y palabras acerca de sus corazones? Tal vez algunos de ellos sean amables y honestos. Después de todo, los niños súper geniales también pueden amar a Dios. Y el amor es lo que más importa. Pero lo importante es tener el valor para mirar más allá de lo que ellos nos dicen.
Tal vez no puedes ver dentro del corazón de las personas como lo hace Dios, pero puedes observar lo que la gente dice y hace. Y eso dice mucho. Pídele a Dios que te ayude a ver como Él ve.
Oración:
Señor, enséñame a ver a los demás de la manera en la que tú los ves. Amén.
VALENTÍA EN LA OSCURIDAD
En la oscuridad todo parece más grande y aterrador. Apaga la luz, y la silla de la esquina de repente se convertirá en un monstruo listo para saltar. Esas cortinas que se balancean con la brisa del ventilador de techo seguramente ocultan algo terrible. Y ese ruido que hay en el pasillo no puede ser nada bueno. Necesitas mucho valor para saltar de la cama y encender la luz, ¡o llamar a gritos a tu mamá o tu papá!
Sin embargo, no solo sentimos miedo de noche. El miedo puede hacernos tropezar en pleno mediodía. Como cuando ese amigo que pensabas que siempre estaba de tu lado comienza a hacer circular un rumor del tamaño de un monstruo, y de repente todos se ríen de ti. O cuando tus padres tienen una fuerte pelea y tu hogar, que parecía sólido como una roca, se balancea como cortinas en el viento. O cuando tienes que recibir una inyección en tu cita con el médico que parece que será realmente dolorosa. O ese pensamiento de preocupación que escuchas dentro de tu mente que te dice que las cosas simplemente no van a salir bien. Ese es el momento de reunir todo el valor y clamar a Dios. Él te escuchará en cada ocasión (Salmos 55:16-17).
Cuéntale acerca del amigo que no resultó ser tan amigo, de la pelea de tus padres y de las preocupaciones que pasan por tu cabeza. Y Él hará brillar la luz de su amor en medio de esos miedos oscuros, y te ayudará a descubrir qué decir y qué hacer. Él caminará a tu lado todo el tiempo (Salmos 23:4). Cada vez que la oscuridad se entrometa en tu mundo clama a Dios, ¡y Él la ahuyentará!
Oración:
Señor, porque estás conmigo puedo ser valiente. Tu amor es lo suficientemente brillante como para ahuyentar la oscuridad del miedo. Amén.
Oseas 11:10 NTV
[10] Pues algún día la gente me seguirá. Yo, el Señor, rugiré como un león. Y cuando ruja, mi pueblo regresará temblando del occidente.
¿QUIÉN LO HIZO POSIBLE?
Cuando el astronauta Neil Armstrong subió a bordo del Apolo 11 en julio de 1969 llevaba consigo algunos tesoros históricos. Eran piezas de la hélice y de la tela del ala del Wright Flyer, el avión piloteado por Orville y Wilbur Wright en el primer vuelo a propulsión del mundo en 1903. Armstrong luego hizo historia él mismo como el primer hombre que pisó la luna.
¿Por qué Armstrong llevó esos objetos al espacio con él? Era un gran admirador de los hermanos Wright y había leído lo que escribían acerca de la aviación. Pero aún más importante que eso, los hermanos Wright fueron pioneros en la aviación (o en el vuelo). En muchos sentidos, fue su estudio, su investigación y sus invenciones lo que posibilitó que más adelante se pudiera llegar a la luna. El vuelo de 240.000 millas de Armstrong a la luna no habría sido posible sin el primer paso dado por los hermanos Wright, un vuelo de 120 pies de largo que duraba 12 segundos. Así que Armstrong quería recordarlos y honrarlos.
¿Quién hizo posible que tú puedas creer en Dios? ¿Quién te mostró el amor y la bondad de Dios? ¿Creciste en una familia rodeada de personas que amaban a Dios? ¿O fue un amigo, un maestro o tal vez un libro lo que te llevó hacia Él? Eleva una oración de agradecimiento a Dios por ellos, y, de ser posible, agradéceles en persona. Luego recuerda y honra lo que hicieron por ti, mostrándole a otra persona el amor y la bondad de Dios. Y, ¿quién sabe? Tal vez algún día alguien te agradecerá a ti por haberle mostrado el camino hacia Dios.
Oración:
Señor, gracias por aquellos que me han mostrado lo bueno que eres. Permíteme vivir de un modo que muestre a los demás cómo poder encontrarte a ti. Amén.
The podcast currently has 177 episodes available.