Estados Unidos ha sido construido sobre base de la diversidad, y en este siglo, la comunidad hispana no solo es parte de la nación, sino una de sus mayores fuerzas de cambio. Sin embargo, para que el país avance, debe reconocerse una verdad fundamental: la Prosperidad de los hispanos es la prosperidad de todos los estadounidenses.
La unidad entre comunidades es la clave para una nación más fuerte, justa y equitativa. El futuro de Estados Unidos no debe definirse por divisiones políticas o raciales, sino por un propósito común: construir un país en el que todos tengan oportunidades de crecimiento y éxito. La comunidad hispana, con su espíritu trabajador y su amor por este país, está preparada para liderar este camino. Pero para lograrlo, es necesario un cambio en la forma en que la Política y la sociedad ven la integración y la colaboración.