Agustín de Hipona expresó en una de sus oraciones: “Tú nos has hecho para Ti, oh Dios, y nuestros corazones no encontrarán descanso hasta descansar en Ti”.
Más tarde Pascal, filósofo cristiano, expresó: “Hay un vacío en el corazón de cada ser humano que no puede ser satisfecho por nada creado, sino por solo el Creador revelado en Jesucristo”.
En la carta a los romanos, el apóstol Pablo revela cómo Dios operó en Jesucristo para proveer en su indescriptible Gracia, el descanso del que hablaba Agustín y la satisfacción plena de la profunda necesidad que expresaba Pascal.
En esta carta se describe la provisión que Dios ha hecho de vida abundante por medio de Jesucristo, y cómo la manifestación de su Espíritu Santo en nosotros, nos permite para quienes confiamos en Él disfrutar de su amor como hijos cuando le brindamos el control absoluto de nuestras vidas.
Es un escrito que nos llama a decidir en libertad alcanzar los propósitos eternos de Dios como Padre para nuestras vidas, e intimar y disfrutar de ellos con plenitud haciendo todo lo que le agrada.
”Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual- y racional- ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta.“
Romanos 12:1-2 NVI