La vista nos proporciona todo tipo de placeres. Ahora muchos pasan el día mirando la pantalla de un dispositivo móvil pero hay otros que obtienen ese mismo placer mirando un paisaje ¿verdad? Hay quien no es imparcial y puede pasar horas mirando partidos de fútbol, debates políticos o manuales de bricolaje. ¿Qué hace que una misma escena a unos les produzca satisfacción y a otros indiferencia? Hay veces que uno ve pero no ve ¿verdad? ¿Qué es lo que ve la gente realmente cuando les muestras algo? No es que no vean nada, claro, pero que vean lo mismo que tú es difícil. ¿Qué hay de asombroso en ello?, te preguntarán. Hay cosas que uno cree conocer pero es porque no se ha dado cuenta realmente de lo que son. Es una realidad que nos afecta una y otra vez en las tareas más elementales pero también en las tareas que podríamos considerar más elevadas. ¿Por qué ellos no pueden ver la maravilla que tú ves por ejemplo en el nacimiento de Jesús? Hoy veremos un texto donde una persona llamada Simeón vió por la gracia de Dios algo totalmente maravilloso, inesperado e imperceptible para los demás en este pequeño recién nacido llamado Jesús de Nazaret.
... Podcast de Jose de Segovia sobre Evangelio de Lucas, Cap. 2 22-40