El apóstol Pablo ha venido desarrollando el tema de la diversidad de dones espirituales, ministerios y operaciones que existen dentro de la iglesia: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”, (1 Corintios 12:4-7); sin embargo, esto no significa que esta diversidad de funciones provoca desunión dentro de la iglesia, ya que usualmente se piensa que para estar unidos una organización sus miembros deben parecerse lo más posible los unos a los otros, pero el apóstol nos enseña que toda esta diversidad contribuye a que la iglesia se complemente en todas sus áreas de tal forma que sus miembros se benefician mutuamente. Para lograr este objetivo Pablo utilizara la alegoría del cuerpo humano al compararlo con la iglesia, por tal motivo muchos opinan que la iglesia en si no es una organización sino un organismo vivo cuyos miembros se conectan a sí mismos para complementarse en una sola fe de verdadera hermandad.