El día y la hora de su venida no se pueden saber, los seguidores de Jesús deben estar en constante guardia por su venida.

Cuando Dios derrame su ira en un mundo que lo rechazó, será realmente una gran tribulación.

La clave de la grandeza no es posición ni poder, sino carácter. Alcanzaremos un trono al pagar con nuestra vida, no por pedir con los labios. Debemos identificarnos con Jesucristo en su servicio y sufrimiento, porque incluso él llegó al trono a través de la cruz.

Nuestra Misión es ayudar a las personas a conectarse con Dios y con otros en cada vecindario.

La Biblia deja muy claro que Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16) y esa reconciliación y perdón deberían ser las marcas de la vida de un creyente (Lucas 11:4; Efesios 4:32).

Dios nos ofrece perdón de pecados, y Él quiere que nosotros aprendamos a perdonar, a cancelar deudas, para que vivamos una vida feliz y abundante.

¿Qué deberíamos hacer cuando otro creyente ha pecado contra nosotros y nos ha hecho tropezar? Nuestro Señor nos dio varias instrucciones.

Nuestra Misión es ayudar a las personas a conectarse con Dios y con otros en cada vecindario.

La verdadera humildad no es pensar de uno mismo como inferior;

es simplemente no pensar en uno mismo de ninguna manera.

De alguna manera esta historia nos muestra el contraste que hay entre la gloria de arriba y la confusión de abajo.

Una pequeña cantidad de fe puede lograr grandes cosas; pero una fe grande puede lograr cosas aún más grandes.