Dios, no es solo un Dios que juzga y castiga el pecado. Joel recuerda cómo Dios anunció su glorioso carácter a Moisés en el Sinaí diciendo: “¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad” (Ex. 34:6). Este es el Dios que promete restauración asombrosa a un pueblo que ha sufrido por su propio pecado. Dios promete que, si se vuelven a Él, la restauración será más grande que su rebelión. Así que el llamado a la conversión y restauración que hace Joel, se fundamenta en el carácter bondadoso de Dios (v.13) “Conviértanse al Señor, vuélvanse al Señor porque Él es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia” Sí nuestro Dios es tardo para derramar su ira, eso significa que Él es solicito y diligente en mostrar misericordia para restaurar al peor de los pecadores. Cuando el Hijo Prodigo asomo la cabeza por el camino de regreso a su hogar, el Padre se levantó, amarró su túnica a su cintura y corrió para recibir a su Hijo y restaurarlo: ¡Pónganle una nueva túnica, pónganle un anillo, y pónganle zapatos, maten al becerro gordo, haremos una fiesta porque Mi hijo, mi Hijo estaba muerto y ahora vive! —La historia de la iglesia está llena de grandiosos episodios de restauraciones individuales y colectivas, y todas han traído gran gloria al Nombre del Señor. Esta es la razón por la que Joel pide que los ministros lloren por el pueblo, para que el nombre de Dios no sea blasfemado. Para que las naciones no digan ¿Dónde está su Dios?