Los sueños te muestran que tienes el poder de construir un mundo a tu gusto, y por el hecho de desearlo lo ves. Y mientras lo ves no dudas de que sea real. Mas he ahí un mundo, que aunque claramente existe sólo en tu mente, parece estar afuera. No reaccionas ante él como si tú mismo lo hubieses construido, ni te das cuenta de que las emociones que el sueño suscita no pueden sino proceder de ti. Los personajes del sueño y sus acciones parecen dar lugar al sueño. No te das cuenta de que eres tú el que los hace actual por ti, ya que, si fueses tú el que actúase, la culpa no recaería sobre ellos, y la ilusión de satisfacción desaparecería.