¿Cuál es el mayor error que has cometido en la vida? A muchos nos aterroriza sólo la idea de traerlo a la memoria y sin embargo es un recuerdo que nos persigue, como un fantasma, una y otra vez. ¿Y no es verdad que la mayor parte de esos errores se produjeron al guiarnos por las apariencias? Interactuamos con nuestro entorno no por lo que es en la realidad sino por lo que nos parece que es; y como dice el refrán: las apariencias engañan. El análisis en retrospectiva de nuestras decisiones lo que nos enseña es lo grande que es nuestra ignorancia. El texto que veremos hoy nos enseña a ir más allá de las apariencias y tenemos que tener en cuenta que a esa realidad de las cosas sólo tiene acceso Dios. Dios mismo es el que nos revela la realidad, más allá de las apariencias. Tomar las decisiones correctas depende totalmente de esa capacidad que tiene exclusivamente Dios, la capacidad de mostrar la realidad que hay detrás de lo que ven nuestros ojos. Veremos hoy que el profeta Samuel no sólo se equivocaba al guiarse por las apariencias sino que además lo hacía una y otra vez. Y no nos engañemos. La dependencia que necesitamos no sólo aplica a alguien de la categoría del profeta Samuel, esa dependencia también aplica a la categoría de alguien como nosotros. Todos necesitamos la guía y dirección de Dios para evitar cometer los mismos errores que cometen los demás.... Podcast de Jose de Segovia sobre Primer libro de Samuel, Cap. 16 1-13