Mi inventario de libros continúa. Cada uno de los libros despierta en mí diferentes pensamientos y me hace rememorar, activar ideas. Hay diferentes niveles de apego y de intimidad o afición temática. Caigo en la cuenta de algo revelador para mí; quizás no lo he advertido todo estos años: he coleccionado secuelas de libros. No son necesariamente trilogías de estas que se popularizaron hace unos años como los Juegos del Hambre, Divergente, y no, nada de Crepúsculo. Mi colección tiene pequeñas colecciones de otros temas. Ahí en el librero número uno, justo en el nivel uno, están ansiosos por ser retomados series como El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano, junto con el Regreso del Idiota, y muy a mi manera de ser, la contra-posición dada por el Autorretrato de Cuatro Idiotas Latinoamericanos.
También veo y recuerdo lo mucho que aprendí con Type Talk y Type Talk at Work; múltiples libros de escultismo, desde lobatos, hasta dirigencia y roverismo. Se suman temas de economía “freak” gracias a la maravillosa narrativa de Dubner y Levitt con su Freakonomics y SuperFreakonomics (¿dónde está “Think like a Freak”?); llego a los años noventas del siglo pasado para encontrar a Goleman y Inteligencia Emocional, seguida de obras asociadas de esa inteligencia emocional aplicada al trabajo, al liderazgo. Me resulta interesante…¿Seré obsesivo con ciertos temas? ¿Simplemente me gustan los temas y con los años se revelan tendencias? Después de todo, no he completado ni el dos por ciento del inventario.