“En la vida, tarde o temprano, todos enfrentamos tormentas. No importa cuán fuerte sea nuestra fe o cuán firme sea nuestro paso, hay vientos y olas que intentarán sacudirnos. En Marcos 4:35 en adelante, vemos a los discípulos en medio de una tormenta inesperada… y a Jesús durmiendo en la barca. Este pasaje nos recuerda que las tormentas son inevitables, pero el miedo no tiene la última palabra, porque cuando Cristo está en la barca, la paz siempre llega. Hoy reflexionaremos en cómo enfrentar esas tormentas con fe, confianza y esperanza.”