Somos seres fluidos es una analogía con el agua, porque nosotros, como ella, tenemos la capacidad de fluir. Y en el camino, podemos cambiar de forma, y está bien. Hablamos de aprender a ser, y día con día, fluir hacia mejores lugares, o al menos, algo que nos haga sentir bien a nosotros mismos.
NO estamos obligados a estar estancados; y hay que saber que fluir es parte de descubrirnos, y descubrirnos, a su vez, de crecer.