El Reino de Dios es un motivo significativo en Marcos. Jesús declara que representa el Reino de Dios. El Salvador vino para reconciliar a su pueblo con este gobernante. Así, todo lo que hizo en la tierra fue para llevar a cabo el plan redentor de Dios, y nadie podía desviarse de él.

El domingo fuimos testigos de una ceremonia de curación ligeramente diferente. A lo largo de su ministerio, Jesús sanó a varios ciegos. Sin embargo, la historia de Mark 8 es inusual. Aparece sólo en Marcos, y es el único milagro de Jesús, que requiere dos obras para lograr una curación perfecta. Llama la atención el gesto emotivo de Jesús al tomar la mano del hombre y guiarlo fuera del caserío. Cuando toma la mano del hombre, podemos ver que se preocupa por su discapacidad. Pero ¿por qué tuvo que tocar al hombre dos veces? Este fue el único milagro que involucró dos acciones, pero esto no sucedió debido a la falta de poder de Jesús. Es más probable que haya contado una parábola en forma de acciones que demuestren que a veces lleva tiempo desarrollar la percepción espiritual.

 El lunes aprendimos que cuando Jesús llamó por primera vez a sus discípulos, dijo que los haría pescadores de hombres. Pescadores de personas. Marcos, capítulo uno, versículo 17.

 Pero no mencionó los problemas, las dificultades. Ahora que sabían quién era, Jesús les reveló el propósito de su misión. Que le fue necesario sufrir muchas cosas, ser rechazado, ser asesinado y resucitar a los 3 días. Los seguidores de Jesús están llamados a tener el mismo objetivo que él. Toma la Cruz y síguelo.

 El martes estudiamos sobre la transfiguración y curación de un niño poseído por un espíritu inmundo. La transfiguración fue una representación del Reino de Gloria. La transfiguración fue una invasión del Reino de Gloria al Reino de gracia. Realmente debe haber sido un momento espléndido, ¿verdad?

 El miércoles aprendimos quién es el más grande en el Reino de Dios. Las palabras de Jesús deberían ser un hito para nosotros incluso hoy, afirmó. Si alguno quiere ser el primero, será el último y el servidor de todos. Trayendo un niño, lo puso en medio de ellos y tomándolo en sus brazos les dijo. Quien recibe en mi nombre a un niño así, a mí me recibe. Y el que me recibe, no me recibe a mí, sino al padre que me envió. Marcos capítulo 9, versos 35 al 37.

Y ayer vimos a Jesús usar hipérboles para hablar del Reino eterno. No quiso decir que habrá gente en el Reino de Dios sin piernas ni sin ojos. Enseñó que no debemos cambiar el Reino de Dios por nada en este mundo. También vimos que el infierno tendrá consecuencias eternas, pero no el fuego mismo. Los que se pierdan no arderán para siempre, sino que perecerán para siempre.

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