Quizá sea posible comprender nuestro presente estudiando el pasado, y los eventos que siempre se repiten por la indiferencia de la memoria en el tiempo. Si dirigimos nuestra atención hacia la historia, y su tiempo recorrido, entendemos claramente cómo se vive en esta era del feudalismo tecnológico. Aunque primero habría que entender un poco más este término mal entendido del feudalismo, y antes hay que enterarse de cómo funcionaba la vida cotidiana y bélica de todo el medioevo. Cuando aún se repite de forma inconciente o consciente que el mundo sigue siendo Roma no es ninguna mentira, pues finalmente toda civilización tiene sus bases en una idea y esta muere después de su florecimiento y posterior decadencia; ingenuamente quizá parezca que dicho florecimiento fue en el Renacimiento y que la decadencia del fin se manifiesta como hecho en el futuro que creemos habitar, lo cierto es que aún no salimos del feudalismo y ahora pretendemos evadirnos del eterno retorno de todas las civilizaciones, mientras jugamos con máquinas y se nos licua el cerebro.