El uso del abanico data de hace más de 3.000 años en China, donde se utilizaba como herramienta para ahuyentar a los insectos y refrescarse del calor.
En Japón, el abanico fue adoptado como símbolo de la nobleza y la elegancia durante el período Heian (794-1185 d.C.).
Durante la Edad Media, en Europa, el abanico se utilizaba como un accesorio exclusivo de la nobleza y la realeza.
Durante el Renacimiento, los abanicos se convirtieron en una obra de arte en sí mismos, y se adornaban con dibujos y pinturas de famosos artistas de la época.
En el siglo XVII, en Francia, el abanico se convirtió en un elemento clave de la moda femenina, y se utilizaba para comunicar mensajes codificados entre mujeres.
En el siglo XVIII, en Inglaterra, el abanico era utilizado para comunicar mensajes secretos entre amantes.
En la cultura japonesa, el abanico se utiliza en la danza y el teatro tradicional como una herramienta para enfatizar los movimientos y la elegancia de los artistas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados americanos y británicos llevaban abanicos de bambú en sus mochilas como herramientas de supervivencia en caso de necesidad.
En la actualidad, el abanico sigue siendo un accesorio popular en todo el mundo, y se utiliza en la moda, el arte y la danza.
En algunos países, como España y Japón, se celebra anualmente el "Día del Abanico", en el que se honra y celebra este elegante accesorio.