La batalla está en tu interior, la herida está latente y clama por justicia, la ira espera que le des rienda suelta para tomar el control de tus pensamientos. ¿Pero que nos dice Dios? Su palabra nos dice que no paguemos mal por mal, sino que seamos de bendición ofreciendo perdón. Dios se encargará de cubrir tu herida, de restituirte, el será tu justicia. Deja el dolor en sus manos, libera perdón y no permitas que la amargura gobierne tu vida.