Ser hija de un hombre que se casó seis veces y encima mando ejecutar a tu madre, no debe ser fácil. Tampoco debe ser sencillo llegar al trono de casualidad y tras morir tu hermanastra, que era de una religión, no contraria, pero si en conflicto con la tuya. Así fue Isabel I de Inglaterra, la hija de Enrique VIII y Ana Bolena. Su reinado es recordado con mucho cariño en Gran Bretaña, y es que las 'isabeles' duran mucho y salen de muy buena calidad. De Isabel se dice que fue virgen siempre, nunca se casó, no tuvo hijos; otra gente dice que sí tuvo amantes, entre ellos Shakespeare, pero nada se puede probar. Victor Lloret nos cuenta este lunes la historia de una reina por casualidad que resultó de las mejores de la historia.