En este mundo es imposible crear. Pero sí es posible hacer feliz. He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tu relaciones especiales, sino transformarlas. Y lo único que esto significa es que Él reinstaurará en ellas la función que Dios les asignó. La función que tú les has asignado es claramente que no sean fuentes de felicidad. Pero la relación santa comparte el propósito de Dios, en lugar de tratar de inventar otro para que lo sustituya. Cada relación especial que has entablado es un sustituto de la Voluntad de Dios y glorifica tu voluntad en vez de la Suya debido a la ilusión de que son diferentes. Has entablado relaciones muy reales incluso en este mundo.