La verdad, simplemente por ser lo que es, te libera de todo lo que no es verdad.
La Expiación es tan dulce, que basta con que la llames con un leve susurro para que todo su poder acuda en tu ayuda y te preste apoyo.
Con Dios a tu lado no puedes ser débil.
Pero sin Él no eres nada.
La Expiación te ofrece Dios.
El regalo que rechazaste Él lo conserva en Ti.
El Espíritu Santo los salvaguarda ahí para ti.