La Expiación conlleva una re-evaluación de todo lo que tienes en gran estima, pues es el medio a través del cual el Espíritu Santo puede separar lo falso de lo verdadero, lo cual has aceptado en tu mente sin hacer ninguna distinción entre ambos. No puedes, por lo tanto, valorar lo uno sin lo otro, y la culpabilidad se ha convertido en algo tan real para ti como la inocencia. Tú no crees que el Hijo de Dios es inocente porque ves el pasado, pero no lo ves a él.