La Biblia, como cualquier otro libro, presenta diferentes géneros literarios: poemas, historia, cartas y profecías, entre otros. También, los autores bíblicos hicieron uso de parábolas, paradojas, alegorías, símiles, metáforas, proverbios e hipérboles, entre otras figuras literarias lingüísticas o retóricas. Por consiguiente, al estudiar un libro o carta de la Biblia debemos preguntarnos qué clase de literatura estamos leyendo. Necesitamos tener una clara comprensión del uso de las mismas, con el propósito de no alejarnos de la intención original del autor.