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Juan relata que eran seis días antes de la pascua cuando Jesús fue ungido en Betania, y nombra a María como la mujer que lo ungió; Así mismo, menciona que a la mesa estaba Lázaro, el que había sido resucitado de los muertos, que Marta estaba sirviendo la mesa; y que fue en casa de Simón el leproso (probablemente sanado por Jesús en el pasado, según Mateo).
María derramó sobre Jesús un frasco de alabastro, una esencia de nardo puro que valía 300 denarios, ¡el sueldo de un año!; y sin importar si comenzó en la cabeza y terminó en los pies, la casa entera se llenó de olor del perfume. Así, ¡La verdadera adoración llena la casa con el perfume de su presencia!.
Por otra parte, Judas, el ladrón, fue el primero en quejarse del desperdicio, y esta actitud contagió a los demás discípulos. Pero Judas no se había enojado por la pérdida del precio del perfume, sino porque él robaba de la bolsa de las ofrendas y el frasco de Nardo costaba mucho dinero ($13,000 MXN. aproximadamente); así que convino con los principales sacerdotes entregar a Jesús por solo treinta piezas de plata (el precio de un esclavo). Esto cumplió con la profecía en Zacarías 11:12.
Finalmente, notemos la diferencia entre la actitud de Judas y los demás discípulos, preocupados por lo material; y la de María con su abundante generosidad y amor por el Señor. ¡No había nada demasiado bueno para su Señor! así que entregó lomas valioso que tenía y recibió la aprobación del Señor por su acto de amor. Ahora, En dondequiera que se predica el Evangelio se cuenta lo que María ha hecho. Ella solo adoró a Jesús, dando la cosa más preciosa que tenía, buscando glorificarle solo a Él; sin embargo, Jesús la hizo famosa por todas las generaciones.
By Ministerios Camino Verdad y VidaJuan relata que eran seis días antes de la pascua cuando Jesús fue ungido en Betania, y nombra a María como la mujer que lo ungió; Así mismo, menciona que a la mesa estaba Lázaro, el que había sido resucitado de los muertos, que Marta estaba sirviendo la mesa; y que fue en casa de Simón el leproso (probablemente sanado por Jesús en el pasado, según Mateo).
María derramó sobre Jesús un frasco de alabastro, una esencia de nardo puro que valía 300 denarios, ¡el sueldo de un año!; y sin importar si comenzó en la cabeza y terminó en los pies, la casa entera se llenó de olor del perfume. Así, ¡La verdadera adoración llena la casa con el perfume de su presencia!.
Por otra parte, Judas, el ladrón, fue el primero en quejarse del desperdicio, y esta actitud contagió a los demás discípulos. Pero Judas no se había enojado por la pérdida del precio del perfume, sino porque él robaba de la bolsa de las ofrendas y el frasco de Nardo costaba mucho dinero ($13,000 MXN. aproximadamente); así que convino con los principales sacerdotes entregar a Jesús por solo treinta piezas de plata (el precio de un esclavo). Esto cumplió con la profecía en Zacarías 11:12.
Finalmente, notemos la diferencia entre la actitud de Judas y los demás discípulos, preocupados por lo material; y la de María con su abundante generosidad y amor por el Señor. ¡No había nada demasiado bueno para su Señor! así que entregó lomas valioso que tenía y recibió la aprobación del Señor por su acto de amor. Ahora, En dondequiera que se predica el Evangelio se cuenta lo que María ha hecho. Ella solo adoró a Jesús, dando la cosa más preciosa que tenía, buscando glorificarle solo a Él; sin embargo, Jesús la hizo famosa por todas las generaciones.