Hermanos y hermanas: La Palabra de Dios nos confronta con nuestros criterios de éxito y honor. Dios opta siempre por los sencillos y humildes a quienes hace herederos del reino. Como personas de Iglesia, que creemos en un Dios misericordioso, estamos llamados a poner los medios para no alejar a las personas de nuestra fe en el resucitado. Es saludable construir juntos ambientes llenos de esperanza, donde se pueda oír mejor lo que Dios quiere y hablar lo que es conveniente en cada circunstancia.