Hermanos y hermanas: Hoy, décimo tercer domingo del Tiempo Ordinario, la Palabra de Dios nos anima a la confianza en Jesús, Hijo de Dios. Hombres y mujeres nos presentamos ante el Señor muchas veces consumidos y desalentados por el dolor, la enfermedad, la muerte y el sinfín de problemas que tenemos que enfrentar durante nuestras vidas, pero el Señor, hoy como ayer, sigue sanándonos cuando nuestra confianza en él es infinita.