Para seguir la voluntad de Dios en oración, necesitamos sabiduría, es decir, instrucción y guía de parte de Él. Esto, notablemente, está disponible. Santiago 1: 5–6 dice: "Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento."