Decía San Josemaria Escrivá, Allí donde están vuestros hermanos los hombres, allí donde están vuestras aspiraciones, tu trabajo, vuestros amores, y allí está el sitio de tu encuentro cotidiano con Cristo (...) Dios nos espera cada día: en un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en lo más alto, en el campo, en el hogar de la familia y en todo el inmenso panorama del trabajo. (Conversaciones, n. 113-114). El trabajo haciéndolo con amor y entrega, un trabajo digno también te significa y te ayuda a encontrar a Cristo y a qué los demás lo vean en tí, te lleva a la Santidad.