Buscar la paz, hacer la paz, ... no es ser pasivo. Es una postura activa que construye paz, y que, como a Jesús, puede traerte problemas. Porque la paz no es la ausencia de conflicto.

Cuado vives confiando en la vida, en el no juicio y la aceptación, surge la acción consciente, que lleva a la presencia de la limpieza de corazón original del ser humano.

Cuando acoges la verdad, de ti y del otro, en tu corazón, con todo lo que eres y es, incluida la miseria, entonces brota espontáneamente el verdadero servicio. La compasión se pone en acción en la misericordia.

La justicia para los esenios es la verdad en acción, dos caras de una misma moneda.

Tener hambre y sed de justicia es vivir en ese anhelo de verdad y en su acción justa.

Los mansos nos suena a sumisos y obedientes. ¿Pero obedientes a qué?

En este episodio hablamos de no reacción, escucha a la voz de la conciencia y valentía para actuar de acuerdo a ella.

Y con especial alusión a la tragedia que se está viviendo en Valencia.

La segunda bienaventuranza de Jesús narra que los que lloran serán consolados. Pero ¿Quiénes son los que lloran y cuál es el consuelo? ¿Promueve Jesús el sufrimiento como forma de vida bienaventurada?

La primera bienaventuranza de Jesús habla del espíritu del pobre, de nuestra relación con las cosas materiales, del vacío y la plenitud.

Las Bienaventuranzas son un un resumen del mensaje de Jesús, en el que clarifica en detalle cómo es un verdadero ser humano.

Tenemos referentes y herramientas para conocer el ser que somos, y también para identificar el ego. Pero ¿Cómo vivir el ser que somos en esta forma humana en esta Tierra y en este tiempo?

El mundo está construido de manera que las personas confundan sus necesidades con los satisfactores (con los que ofrece el sistema).

¿Cómo distinguir unas de otros?