A Kubrick no le gustaba hacer ruido, o no de ese modo, y le costó aceptar la propuesta de Douglas para que dirigiera Espartaco. Encontraba que el argumento era pobre, no le gustaba el aspecto de súper producción e intuía problemas porque el guionista estaba en la lista negra de la censura estadounidense. Sabía también que la cinta sería un espaldarazo para su carrera. Así que, finalmente, aceptó. Aunque en categorías menores, Espartaco obtuvo 4 estatuillas en la entrega de los Oscar en 1960. La carrera de Kubrick estaba lanzada y el director se sentía seguro para arriesgarse con proyectos en solitario y lejos de Hollywood.