Comenzaremos por decir que en este mundo hay dos reinos enfrentados, el reino de las tinieblas cuyo representante es satanás, y el Reino de los Dios padre, donde Jesús es el Señor; tenemos que reconocer que estos reinos se mueven bajo principios. La decisión es personal, no podemos servir a dos señores, Mateo 6:24 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro…”

     Cada persona debe determinar a quien seguir y pasar su vida guiada por uno u otro de estos dos principios sabiendo que también tiene que asumir las consecuencias eternas de su decisión; la palabra de Dios es clara al exhortarnos, Gálatas 5:16-17 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”.