La llegada de una avispa gigante procedente de Japón a la costa oeste de Estados Unidos y Canadá ha generado algo de conmoción. A pesar de que los humanos no corren mucho riesgo de ser picados por este insecto, el apodo de "avispa asesina" ha hecho que el miedo se apodere de la población y que se usen pesticidas que pueden matar a abejas y avispas autóctonas que benefician la polinización de las plantas de la región.