Medio Ambiente

La contradicción ambiental de Lula: recibe a la COP30 pero promueve el petróleo en altamar


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En el mismo año en que Brasil será sede de la cumbre climática COP30, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva está a punto de autorizar la exploración petrolera en la desembocadura del río Amazonas, en el llamado Bloque 59. Además, prepara una megasubasta de 47 bloques petroleros prevista para junio de 2025.

Brasil está a un paso de aprobar la exploración de petróleo en la desembocadura del río Amazonas. El permiso sería para el Bloque 59, ubicado a 160 kilómetros de la costa del estado de Amapá.

Esta zona es tan sensible en términos ambientales que, en 2023, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovable (IBAMA) recomendó mantener la negación del proyecto de Petrobras. Su postura técnica se mantuvo en 2024 pero, ahora, en mayo de 2025, el mismo IBAMA aprobó el plan que presentó la petrolera estatal para obtener la licencia.

Eso significa que, para comenzar las exploraciones, solo falta que la compañía simule cómo actuaría ante un derrame de crudo y que el IBAMA lo apruebe, como lo explicó a France 24 Claudio Angelo, coordinador de Política Internacional del Observatorio do Clima, que reúne a más de 130 organizaciones ambientales brasileñas. 

“El IBAMA, que es la agencia ambiental federal brasileña, había negado esta posibilidad por el riesgo de un derrame de petróleo en una región altamente sensible, cerca de los manglares de la Amazonía, cerca de los manglares de la Guayana Francesa, que sería el lugar más afectado por un derrame de petróleo. Y porque existe un ecosistema de arrecifes todavía bastante desconocido en esa región. Se descubrió, creo que en la última década, que la región de la desembocadura del Amazonas tiene un gran banco de arrecifes, con gran biodiversidad”, precisó Angelo. 

El Bloque 59 está ubicado en el norte de Brasil, en una zona cercana a la Guayana Francesa, donde actualmente está prohibida la exploración petrolera. Esto contrasta con lo que ocurre en los países vecinos, Guyana y Surinam, que sí están extrayendo grandes cantidades de petróleo.

Por otro lado, los pueblos indígenas que viven en la Amazonía brasileña expresan su preocupación por los posibles impactos negativos de esta actividad como derrames de petróleo y alteraciones en las mareas. También advierten que ya están notando algunos cambios en su entorno.

“Con la llegada de personas para el posible proyecto, también está aumentando la minería ilegal en la región. También están los sobrevuelos, no sabemos cuáles serán los flujos ahora en este proceso de exploración petrolera. Esto afecta el circuito de aves, que tienen varios nidos en nuestro territorio. Son aves que van a nuestro territorio para reproducirse y luego regresan a su hábitat natural, tanto aves oceánicas como aves nativas de la región”, indicó Luene Karipuna, coordinadora ejecutiva de la Articulación de Pueblos y Organizaciones Indígenas de Amapá y Norte de Pará (APOIANP). 

Brasil hará una megasubasta de petróleo en altamar antes de la COP30

El Bloque 59 podría no ser el único activo en la desembocadura del Amazonas. Brasil prepara una subasta para el 17 de junio en la que se ofertarán 47 bloques petroleros adicionales. Incluso, el ministerio Público del país le recomendó a las autoridades gubernamentales que suspendieran esa venta porque representa “graves riesgos socioambientales” y porque es “una grave contradicción con los esfuerzos globales de descarbonización y los compromisos climáticos del país”. 

Sin embargo, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha protegido estos proyectos pues van en línea con la ambición nacional de pasar de ser el séptimo al cuarto mayor productor de petróleo en todo el mundo, como lo ha dicho abiertamente el ministerio de Minas y Energía.

Con esto, tanto la subasta como la posibilidad de activar el Bloque 59 contradicen las promesas ambientales de Lula y ponen a Brasil en una difícil posición de cara a ser el anfitrión de la cumbre climática de este año, la COP30. 

“La pregunta es si el presidente Lula tomará esta desastrosa decisión política en medio de la COP30 o si Brasil, al igual que Colombia, apostará por otro modelo de desarrollo, en el que sigamos utilizando las reservas que ya están en producción en el país, pero que detenga la expansión de estas nuevas fronteras. Por lo tanto, es una cuestión de decisión política del presidente”, señaló Angelo. 

Por su parte, Luene Karipuna sostiene que los pueblos indígenas no fueron consultados previamente sobre el Bloque 59, y menos sobre la subasta. 

“Es como si no existiéramos en el territorio donde vivimos. Es muy contradictorio que un presidente salga de Brasil a hablar de protección territorial, de bosques en pie, y quiera explorar petróleo precisamente en la Amazonía. Esta postura contradice todo lo que ha venido haciendo durante su gobierno y, sobre todo, sin escuchar a los pueblos indígenas, sin dialogar con ellos. Parece que solo cuando le conviene a su gobierno vale la pena hablar con los pueblos indígenas”, concluyó la lideresa indígena.

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Medio AmbienteBy FRANCE 24 Español