En la primera parte de este estudio vimos cómo el apóstol Pablo, con precisión doctrinal, desenmascara el carácter y las palabras del ser humano caído, mostrando que tanto judíos como gentiles están bajo el dominio del pecado. Esta acusación no solo se limita al corazón y al lenguaje, sino que abarca también la conducta, las motivaciones internas y el juicio final que Dios ha determinado para toda la humanidad.
En esta segunda parte, vamos a continuar examinando los siguientes puntos:
c. La conducta de los acusados
3. El motivo de la pecaminosidad
4. El veredicto sobre la humanidad caída
Cada uno de estos aspectos nos revela con mayor claridad la profundidad de la corrupción humana y la absoluta necesidad de la gracia salvadora de Dios. Este diagnóstico espiritual no busca solo mostrar nuestra ruina, sino llevarnos con urgencia al único remedio verdadero: Jesucristo.