En este mensaje reflexionamos sobre el asombroso acto de redención que Dios realizó por medio de Jesucristo. La Biblia enseña que fuimos rescatados no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni contaminación.
A la luz de 1 Pedro 1:18–21, descubrimos:
1. De qué nos redimió Dios — del pecado, la ignorancia y la vana manera de vivir.
2. Con qué nos redimió Dios — con la sangre preciosa de su Hijo.
3. Por medio de quién nos redimió Dios — por medio de Cristo, el Cordero preparado desde antes de la fundación del mundo.
4. Para qué nos redimió Dios — para que pongamos nuestra fe y esperanza en Él.
Este sermón nos lleva a adorar con gratitud al Redentor y a vivir conscientes del precio infinito que fue pagado por nuestra salvación.