Muy poco conocida es la contribución vital de los buques de la Primera Guerra Mundial que sirvieron durante la segunda guerra mundial del siglo. Estos héroes anónimos aportaron su granito de arena para ganar el conflicto de 1939-1945. Entre ellos se encontraba un viejo destructor de la clase Clemson, construido en los astilleros de Mare Island, Vallejo, California, en 1919.