El gobierno de una nación no puede ejercer actos de poder en el territorio de otro, por lo que si en un país radica un individuo que ha cometido crímenes en otro, para que este último pueda juzgarlo es necesario que aquél en donde se encuentra el sujeto, lo detenga y le entregue al que quiere juzgarlo.
En términos llanos, eso es la extradición. Pero si profundizamos más en la idea, encontramos que hay requisitos básicos para que un individuo pueda ser entregado a la justicia de un país distinto al que radica.
Uno de estos principios es lo que se conoce como corresponsabilidad, que se refiere a dos aspectos: Internacional, que implica que entre ambos países exista la voluntad de cooperar en extradiciones. Como ejemplo, podemos ver lo que sucedió entre México y España.