Hay personas que sufren y nadie sabe por lo que están pasando. Como la historia que traemos hoy, una historia como las muchas que ocurren cada día. Máximo, Bianca y sus hijos eran una familia cristiana muy activa en su iglesia. Pero un amanecer dejó ver la realidad en la que vivían. Entre las labores de un buen cristiano debe estar la de permanecer alerta de lo que le pasa a nuestros amigos y familiares a nuestro alrededor, porque si no, el final podría ser como el de esta familia.