Cada talento, habilidad o buena capacidad que tengamos, viene de Dios, no de nosotros mismos. El Señor es la fuente de todo lo bueno. Nosostros simplemente somos el medio.
Cada talento, habilidad o buena capacidad que tengamos, viene de Dios, no de nosotros mismos. El Señor es la fuente de todo lo bueno. Nosostros simplemente somos el medio.