Con la creación de la iglesia, Dios le dio propósitos o funciones, aquellas buenas obras que Él mismo preparó para ella. Estas funciones son muchas, pero podemos agruparlas entre el amar a Dios, el glorificar a Dios y el mostrar o dar a conocer a Dios. Cuando la iglesia funciona en torno a Dios, la iglesia cumple el propósito de Dios.