La Guerra de la Oreja, también conocida como la Guerra Anglo-española de 1739-1748, fue un conflicto que se desarrolló entre el Reino Unido y España. El nombre "Guerra de la Oreja" se deriva de un incidente en el que el capitán británico Robert Jenkins afirmó que los españoles le habían cortado la oreja durante un encuentro en alta mar en 1731.

El incidente de la oreja se convirtió en un símbolo de la hostilidad entre las dos naciones, y finalmente llevó a la guerra en 1739. Los británicos, liderados por el primer ministro Robert Walpole, lucharon por proteger sus intereses comerciales en América del Norte y del Sur, mientras que España quería proteger sus territorios en el Caribe y América Latina.

El conflicto se extendió a otros países europeos y se convirtió en la Guerra de Sucesión Austríaca. La guerra fue larga y costosa para ambas partes, pero finalmente terminó en 1748 con la firma del Tratado de Aquisgrán, que restableció la paz y los términos anteriores a la guerra.

En resumen, la Guerra de la Oreja fue un conflicto que surgió de la tensión y la hostilidad entre el Reino Unido y España, desencadenado por el incidente de la oreja y alimentado por intereses comerciales y territoriales en América. El conflicto se convirtió en una guerra más amplia en Europa y finalmente terminó con un tratado de paz en 1748.