Lo que empezó en San Bernardino como un restaurante familiar se convirtió en una de las compañías más grandes del mundo. Los hermanos McDonald supieron innovar con un sistema de cocina en cadena que reducía costes y multiplicaba la eficiencia.
Sin embargo, fue Ray Kroc quien convirtió ese modelo en negocio global. Con talento para las ventas y visión estratégica, apostó por la franquicia como fórmula de expansión. La compra definitiva en 1961 marcó el inicio de la McDonald’s que conocemos hoy.
Su crecimiento enseña varias lecciones: la importancia de escalar un negocio, de crear procesos replicables y de apostar por la eficiencia como motor de rentabilidad. En educación financiera, este caso demuestra que una buena idea vale, pero gestionada con estrategia puede generar riqueza a escala mundial.