En este capítulo vamos a hablar sobre Hackathones, a partir de un texto que preparé hace tiempo y que llevaba demasiado tiempo circulando entre buzones particulares. Este texto está planteado desde el punto de vista propio, como persona que organiza eventos ocasionalmente y dinamiza comunidades, pero creo que puede aplicarse a muchos más perfiles.
Como novedad esta vez he relatado cómo me gustaría que fueran estos eventos y apuntado a algunas alternativas en cuanto al formato. Espero poder dar formato en breve también a esta parte y publicarlo por aquí también.
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Durante estos últimos años, los hackathones se han convertido en uno de los eventos más populares. Rara es la semana en la que no se convocan varios por toda España. Me gustaría exponer porqué me resultan contraproducentes y muy poco interesantes.
La dinámica de estos eventos suele consistir en una convocatoria abierta para que emprendedores, diseñadores, hackers, makers, gente de negocios y marketing se junten por equipos para crear soluciones distintas para resolver un problema importante en un plazo de 24 o 48 horas. Al acabar el plazo, los equipos realizan sus presentaciones siguiendo un modelo conocido como elevator pitch que resumen los puntos más importante en 3-5 minutos. Alternativamente se puede finalizar el proceso presentando un prototipo que muestre la idea de una forma aplicada.
Expondré a continuación seis razones por las que no apoyo los hackathones:
No son multidisciplinares: Uno de los principales reclamos de estos eventos suele ser la participación de perfiles muy diversos que te aporten otros puntos de vista complementarios. La realidad es que en la mayoría de hackathones el público asistente es básicamente el mismo: programadores jóvenes sin cargas familiares que pueden invertir todo el fin de semana picando código sin parar. Aunque la idea es encontrarse con gente nueva, muchos de los participantes repiten y repiten, sin estar demasiado implicados con el problema a resolver. El papel del resto de participantes en el equipo suele quedar relegado a un segundo plano, encargándose durante el último día en adaptar un powerpoint para contar algo interesante.
Fomentan el trabajo no remunerado: En el mundo del diseño llevan luchando desde hace varios años contra el trabajo no remunerado. Tal es la lucha, que han creado un término para resumirlo: no-spec (no speculative work). Trabajo especulativo es aquel trabajo no remunerado en el que participan múltiples personas con la expectativa de conseguir un único premio, trofeo o trabajo, en base a una pieza que desarrollan a medida sin garantizar remuneración alguna. Pensadlo bien: ¿Cuánto tendríais que pagar si contratarais a 100 personas para desarrollar casos de uso para vuestro programa o plataforma, abonando 48 horas extra nocturnas y de fin de semana? ¿Es una cantidad equivalente a una Xbox o una tablet cara? ¿Quién contratará a un programador o diseñador contando que puede conseguir resultados iniciales organizando un hackathon por una cantidad mucho menor?
Lógica extractiva: La estructura de los hackathones se enmarca en muchos casos dentro de una lógica extractiva, orientada a captar valor externo a la organización de una comunidad más amplia y diversa. En otros casos, simplemente se organiza hackathones para dar una pátina de modernidad a instituciones ancladas en el siglo pasado. Aunque el objetivo oficial sea generar soluciones a problemas reales, el resultado suele ser código espagueti y muchos videos en la cuenta del organizador, en los que se ve a gente dándolo todo 24 horas al día. El hilo conductor suele apelar al heroismo y alegría que supone pasar la noche programando para conseguir solucionar el reto. ¿Es este modelo sostenible o simplemente se espera que la gente vaya quemándose y siendo reemplazada por nuevos ninjas de la programación?
Resultados efímeros: Es imposible resolver c...