Existe un problema de percepción que lleva a grandes grupos a interactuar con otros seres humanos de forma deshumanizante.

Para quienes han vivido estigmatizados durante generaciones, la mentalidad fascista contemporánea es excesiva.

La gente ve a los migrantes como extraterrestres, les pone apodos y practica la deshumanización grupal, excluyendo a las personas cuando les sale de los cojones.

Solo en España, el efecto extremista en la sociedad y los medios de comunicación es tan fuerte que los delitos de odio son comunes.

Las personas se mantienen en un estado de tensión constante, alimentado por información negativa, y existe el mito de que si ocurre algo ilegal, el migrante es el culpable. Esto es completamente falso.

Más bien, si ocurre algo terrible, buscan a un migrante al que culpar. Es una estrategia que he visto en varios países. El fenómeno del chivo expiatorio es real. Mientras tanto, la realidad es que solo el 2% de los migrantes ha cometido algún tipo de infracción; el 98% restante trabaja como esclavo y apenas ve el mar.

Les interesa cambiar la narrativa, por razones obvias de anticipación a los desastres. Deshumanizar a las personas crea una dinámica social peligrosa y no es legal. La dinámica social que se implementa y se impone es de inclusión, no de poner en peligro la vida de quienes vienen a trabajar duro en su pays y quienes, además, están supuestos constantemente al impago o maltrato. Por lo tanto, el robo ocurre en la dirección opuesta.

Como migrante, uno se siente constantemente robado por la burocracia, las agencias inmobiliarias, los empleos non-justos, trabajar bajo la ola de calor sofocante y el riesgo de que su vida corra peligro.

En verdad los migrantes son como esta hormiga que levanta mucho peso. En verdad, los migrantes son personas cuyas supervivencia es incierta debido al maltrato.

El metro y los trenes tienen la posibilidad de presentar en sus pantallas proyectos de inclusion social. Porque no se utilizan?

En Cataluña seria esencial educar a la gente y disminuir el efecto de comportamiento de dueños de esclavos, que aun las nuevas generaciones copiaron.