El tío Julio los saluda y les da las gracias por su sintonía. El Señor, en su ilimitada bondad, nos favorece concediendo que ustedes nos escuchen. Es precisamente para ello que transmitimos el programa: para llevarles a ustedes todo el consuelo y la fuerza que trae la fe en él. Por lo tanto, nos sentimos mal si no lo tenemos presente. Como le ocurrió a Lorenzo, un joven totalmente realizado en el trabajo y el hogar, pero espiritualmente alejado de Dios. El corría el riesgo de no poder enfrentar lo que alteraba todo su mundo y que él consideraba una injusticia de Dios.