Se nos va de ojo que la neurociencia está demostrando que los órganos internos, la alimentación, la práctica regular de deporte, el medio ambiente o el movimiento del cuerpo en el espacio, condicionan el funcionamiento del cerebro.

Hallazgos que tiran por tierra el paradigma clásico que le otorgaba la exclusiva en la determinación de la conducta y comportamiento humano.

Interocepción y propiocepción son dos nuevos sentidos que la neurociencia añade a los de vista, oído, gusto, olfato y tacto, porque es de la interactuación entre ellos de donde surgen las decisiones que adopta el cerebro. Interocepción que es la percepción consciente de nuestro intestino y órganos internos; y propiocepción que es la observación del movimiento o estatismo de nuestro cuerpo en el espacio. Sentidos que repercuten en los procesos de sinapsis cerebrales de donde se cuecen las decisiones. Conocimiento que se puede adquirir con prácticas de crecimiento personal como el yoga o la meditación, con el objetivo de mejorar el funcionamiento del cerebro para que este realice un mejor análisis de la realidad, y nos permita actuar y solventar los problemas que ésta nos plantea. ¡Que no se te vaya de ojo!